martes, enero 15

No puedo hablar de ella. Recuerdo muy bien su nombre, esos ojos celestes enormes que hacían juego con su vestido y con lo que me dio. Mi mano en su vientre lleno de gracia y las pequeñas palabras que pronunció. Para mí. Lo que sí, lo que no, lo que debo -tres-.
Después la vi un par de veces más y la saludé por su nombre. No entiendo por qué le dije lo que le dije, creo haber intentado ser más profunda. Quedé dando vueltas sin dirección.
No se si me recordará. No creo poder verla más. Esas cosas pasan y quedan, quedan, quedan...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que hermoso ver tu producción.
Signo de que tu interior no se aquieta ni siquiera ante el organizado caos del mundo que te rodea. Es evidente que hay mucho de tu interior ariano pujando por llevar adelante a la maravillosa persona que sos. Cuidate

Ella dijo...

Gracias por tus palabras. Son siempre más que bienvenidas.

Interiores espejados o algo así...
Y brindo por que tus letras sigan siendo tan bonitas :)

L