Un café, una excusa un trabajo viejo, tu casa allá lejos, tus ojos escondidos tras el vidrio que rompés para ofrecerme parte de vos, los pájaros que escuchas a la mañana, los pasos que me llevás de ventaja, mis veinticinco, nuestros pequeños secretos que se te escapan frete al mundo, el cinturón de seguridad de tu auto, tu historia, mi historia.
No seamos tan crueles: vivamos y punto.