martes, julio 29

Sienes

Me quema, me quema el aire que exhalás y yo inhalo y entonces sonrisa constante, impaciencia. Quema el lugar exacto donde cambia de nombre mi espalda y que tengas la responsabilidad de haberme despertado de las pesadillas. 
Ardés, ardés y picás de la forma más fantástica, más alucinante, más confortable que exista. 
Cien veces un verso. 
Me despabilaste al fin. Cien besos. 

domingo, julio 20

 tus ojos me duelen 
 tan hermosamente
 que brillo



viernes, julio 18

CABELLO:
formación epidérmica a modo de pequeños filamentos que nacen en la raíz creciente del folículo piloso.


CABELLERA: 
lugar más estable donde aterrizar las manos.
Cómo enrolarse

Se agacha uno hasta cualquier tipo de suelo en el que apoyen los pies y con una tiza ya provista en mano se dibuja un punto. Sin separar la tiza del suelo, se extiende el punto hacia la derecha (en caso de ser diestro) en forma circular, poniendo expresa atención en que el mismo rodee los pies de uno. En determinado lugar el círculo que se está trazando tocará el punto que se dibujó en un principio. Esto es indicador de tarea completada, lo que nos permite entonces regresar a la posición habitual del cuerpo erguido. 
Es ésta la instancia en la que mirando hacia abajo nos encontramos encerrados en un círculo. Muy a menudo el mundo que suele pisar ese mismo espacio le pone nombre y color, lo cataloga y lo describe tal cual los otros círculos igual catalogados y de igual nombre y color. Con esta dimensión plana que es el círculo se verifica la comodidad y la sencillez con que se ubica uno en un rol. A esa altura ¿Para qué cruzar la línea?

Sólo unos pocos desquiciados lo hacemos, porque sabemos que las personas son mucho más que el rol que ocupan. Hay que saber recorrerlas.
 

jueves, julio 17

Es
hoy vez -vaya a saber uno que vez-
empapadas mariposas
como un claro 
un sol nocturno

lo que nutre
posa en panzas cuellos pies
cosquillas
cosillas

grados de sobra
gota resbala 
huecos imprecisos
colmenas infinitas.


martes, julio 15

(y decías)

                         MiRaMe

MiRaMe

MiRaMe...


(hola)

jueves, julio 10

Sobre un nueve de Julio de madrugada

I) Y yo estaba allí. Vi sus ojos empapados y un nosequé. Vi mi cara estupefacta y el resto rallentado, aturdido. No y sí, un brazo y otro y entonces el abrazo y el no quedó flotando, rebotando en el vacío que dejamos estar entre nosotros sólo porque nos pidió permiso. Y con ese secreto del deseo que el cariño propone me escapé.  

II) (Deja vú) Tal cual lo soñaste dos años atrás, me agarraste de improviso. Ahora ya sabés que me hago la tonta para convencerme y que te busco entre multitudes si desaparecés sólo por curiosidad. No importó entonces quién pudiera alumbrarnos, si yo solía ser Alumbra aunque a esa altura ya había muerto la pobre. El matiz era bombardearnos un rato el alma de algún modo certero.
    El taxi fue tal vez el mismo de aquél día pero el camino estaba tan cambiado que entendí las diferencias de distancias: pasaje a Chile. Cuánto, cuánto había transcurrido desde la gata ajena... 

III) Yo te había escrito que eras el hombre azul mucho antes de tu foto. Te había escrito con los ojos redondos y arrugas en el pecho; de aquí a allá con un cariño de cabezas. 
       Vos te encargaste de escribir el resto, disgustante a los ojos de cualquier orador. Te hiciste cargo de escribirte desorbitado y caído rogando a la nada, vulnerablemente fuerte sin credulidad alguna. 
Y yo volví a escribirte azul y redondo. Pero esta vez sin pretender salvarte.

IV) "¿Y? NO VOY"

Mucho tiempo después supo que Carmina parió cinco gatitos esa misma tarde.