domingo, septiembre 7


Hoy tus sesenta 
-como aquellos años-
tus sesenta no arribados
me despliegan el torso.

¿Qué hubiera sido, entonces?

"Alors, je serai morte"

sábado, septiembre 6

LLUVIA I

Abrir los ojos desde la misma posición y ahí la igual ventana con gotas pequeñas en los vidrios. El paisaje de entonces, la pared tan blanca y yo de espaldas al mundo de nubes negras. Contorsionarse, entonces, y descubrir los metros que le sobran a la infinidad de cama (¿dónde habrán puesto la cama?...). No encontrar el  poster de "Lost in translation" colgado, y verme los pechos más grandes y mi piel más suelta. Y en el cuarto otra figura.
Acercar los ojos desde la misma posición desde la misma igual ventana. Pero no encontrar mi sombra en la pared de enfrente.


LLUVIA II

Sequía, había sequía. Esperábamos con ansia se repita la misma noche inundada cuando solo pudimos mirarnos. Y sequía.
Esperábamos con ansia mirarla desde el abrazo entremezclado con sábanas. 
Pero nos encontraba lejos, si venía un rato o miles de ratos, siempre distantes, en mundos paralelos, y eso no, no, no era así como debía ser. 
Pero hacía calor. Y sequía.

Y un atardecer cuando de la ducha el agua helaba, se lanzó hacia nosotros. No pudimos evitarlo: nos embriagamos con ella. Jugamos como niños, bañándonos de culpas, inventándonos felicidad.

viernes, septiembre 5


ACERCA DEL POR QUE


todos quisieron verme bailar, y tocar el piano, y visitar mi campo, y conocer lo que escribo y mis canciones.

y todos quisieron mostrarme lugares maravillosos, viajar un rato conmigo, perder un día entero en la cama, y cocinarme o al menos encender una vela, y sacarme fotos o filmarme.

todos quisieron me quisieron.


Y porque a vos no te importa, 
por eso es que estamos acá.


Se dice que aún tiene
unos lápices Aquarelle
alguna que otra remera
y un par de cosas en el tintero
en el submundo de su realidad.

Pero ya no me visita.

jueves, septiembre 4

Y te escribí. Mucho, tanto como pude y dibujé garabatos alrededor. Y te regalé mi espera, mi entrega, mis apuestas, mi verdad. Te regalé verde y mi cuerpo inmiscuido descalzo, y mis dos muertes con fiesta de cumpleaños. Te enseñé que el tiempo va en cámara rápida, y vuela, vuela, ya hay que seguirlo... 
Te ofrecí mis orejas para aprender esa música; mis dedos para las cuerdas que quedaron recuerdo entre tus piernas, como la 
noche que me bañé bajo la lluvia. Y amé cada cosa tuya: los animales, los humanos, las maderas con alma, las plantas en el techo, tus rincones, tus escondites, tus sensibilidades, tu llanto.
Y vos también.

Hasta que un día decidiste dejar de hacerlo.

Ahora me toca a mí.