LLUVIA I
Abrir los ojos desde la misma posición y ahí la igual ventana con gotas pequeñas en los vidrios. El paisaje de entonces, la pared tan blanca y yo de espaldas al mundo de nubes negras. Contorsionarse, entonces, y descubrir los metros que le sobran a la infinidad de cama (¿dónde habrán puesto la cama?...). No encontrar el poster de "Lost in translation" colgado, y verme los pechos más grandes y mi piel más suelta. Y en el cuarto otra figura.
Acercar los ojos desde la misma posición desde la misma igual ventana. Pero no encontrar mi sombra en la pared de enfrente.
LLUVIA II
Sequía, había sequía. Esperábamos con ansia se repita la misma noche inundada cuando solo pudimos mirarnos. Y sequía.
Esperábamos con ansia mirarla desde el abrazo entremezclado con sábanas.
Pero nos encontraba lejos, si venía un rato o miles de ratos, siempre distantes, en mundos paralelos, y eso no, no, no era así como debía ser.
Pero hacía calor. Y sequía.
Y un atardecer cuando de la ducha el agua helaba, se lanzó hacia nosotros. No pudimos evitarlo: nos embriagamos con ella. Jugamos como niños, bañándonos de culpas, inventándonos felicidad.